Thursday, October 16, 2008

Felipe: Por la paz del mundo


Corría el año de 1989, yo tenía 10 años y le había comentado a mis jefes que me gustaban las computadoras. Así que a los días llegó mi jefe con un recorte del periódico para ir a unos cursos de MS-DOS para principiantes por ahí por donde hoy es el McDonalds ese que está frente a la UABC. Yo estaba fascinado y para mi fué lo máximo del universo infinito poder moverle a una de esas computadoras enormes color beige con uno de esos monitores aparatosos de letras verdes sobre la pantalla negra. Y ya entrados en la tercera parte del curso, donde ya estábamos bien duchos en cargar el sistema operativo en un floppy de esos enormes que se achicharraban en el sol, a la teacher (de quién yo tenia un megacrush) sale embarazada y tuvo que cerrar el curso prematuramente.

Anyways, los organizadores del curso consideraron que era justo compenzar el cierre abrupto de la clase regalándonos varios floppys con programas en ellos y con el detalle de imprimirnos una hoja tamaño carta con lo que sea que quisiéramos ponerle, usando un programa innovador en ese entonces: PrintShop (además de la impresora de puntos, que ya en sí era una maravilla tecnológica).

La variedad de dibujitos para ponerle era tremendísima y me tenía en la baba: perritos, gatitos, corazones, calaveras, carros de carreras, estrellas, etc. Y las letras también me tenian maravillado: estilo futurista, estilo caricaturas, manuscritas, negritas, itálicas, condensadas...
No, no, no, una chulada. Hicimos una fila larga larga las veintitantas personas que ibamos a las clases y cada una le decía a la teacher qué ponerle en el dibujo:

"No te metas en mi cuarto" decía uno,

"El closet de Karla" decía otro,

"Tito rifa 13" escribía otro.

Yo no podía creer que teniendo la oportunidad de usar una máquina maravillosa para crear un diseño de tan tremenda calidad (en glorioso blanco y negro) la gente pusiera semejantes idioteces. En qué cartulina hecha con qué crayones podrias crear una ilustración de semejante precisión? No podías escribir banalidades en un medio de expresión tan sofisticado... "el clóset de Karla"... qué tienes en la cabeza niña pelele?!? No, mi mensaje iba a ser bien pensado, mi mensaje era una oportunidad especial para que este planeta (y la maestra) supiera que mi necesidad de comunicarme sólo podría ser superada por mi espíritu libre y lleno de energía globalifílica. La tecnología había traído consigo las herramientas del cambio. Y, está por demás decirlo, me puse nervioso de no desaprovechar mi oportunidad de dejar huella en este planeta a mis escasos diez años.

La maestra notó mis nervios y me preguntó que qué iba a poner en mi diseño. Después de escucharme y suprimir una carcajada muy a huevo (yo supuse que la tenía apantalladota llena de admiración) corrí orgulloso a la impresora... esperé a que terminara de salir mi hoja y me congratulé de mi legado a la humanidad:

Un Ying-Yang en blanco y negro rodeado de estrellitas
y abajo decía en letra así como futurista:

"Felipe: por la paz del mundo"

I soooo rock...

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