Wednesday, September 29, 2010

A Marsil, Ramiro y al resto de mis alumnos de séptimo de Diseño en Univer.

Antes que nada, una disculpa por esta carta ñoña y bastamente antipedagógica.

A estas alturas del partido ya saben como me las gasto.

Muchachos, no importa que tan seguido he perdido seres queridos en estos últimos años, perder alumnos de este modo es una experiencia completamente nueva para mí, y quiero platicarles al respecto. Verán, hoy es mi primera clase con ustedes después del accidente de sus compañeros. Y como todos lo días, me levanté, me bañé, me vestí y como toque final me anudé a la garganta uno de esos sentimientos atravezados que no tienen madre, disculpando lo florido de mi expresión.

Y aquí estoy y aquí estamos.

Ya nos sabemos de memoria el discurso: "hay que ser fuertes y seguir adelante, hay que pensar positivo, ellos lo hubieran querido así, etc, etc." El asunto es que sólo ustedes saben lo que en realidad representa su pérdida y su ausencia en la escuela, y en este espacio y momento que compartimos de nuestras vidas.

Disculpen por apuntarme en la bola... en mi quehacer como su maestro, y de Ramiro y Marsil en particular, me consuela tener el gusto de decirles en persona que los consideraba de mis mejores alumnos y que esperaba de corazón que el nuevo giro y seriedad que tomó su relación de pareja no amedrentara su desempeño.

Y ya.

Ahí termina mi útima memoria de ambos. Un acuerdo tácito y tripartito de hecharnos porras y cebollazos, después de todo ellos fueron en parte responsables (junto con algunos más de ustedes) de jorobar al coordinador para poder ser su maestro por otro cuatrimestre. Quizá es masoquismo, quizá les gustan las clases con amor apache, no tengo la menor idea.

Y bueno, para no variar, este intento de carta es un ejercicio de amor apache.

Familia, dense unos a otros sus 15 minutos de tristeza, sus 15 minutos de pachichi y su ratito de desahogo, anúdense ustedes también a la garganta su sentimiento como uniforme y vamos a rajarle.

No sabemos qué va a pasar mañana, chingado, no sabemos que va a pasar en 15 minutos, pero el show, su show, es ahorita. Hay que pegarle tupido, hay que gozarla como si no hubiera mañana, yo creo que sería bastante tonto de nuestra parte ocupar mas pruebas de eso.

Y sigue la mata dando, y nos vamos a seguir viendo, todos uniformados y con ganas de armarla y rifar en lo que hacemos. Así nomas, porque gracias a Dios, podemos.

...¿o qué? ¿Vamos a jotear?

F.

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