OIRgasmo tremendo!

Condenado a pasar un fin de semana en claustro y/o arresto domiciliario, por cuestiones que contaré aquí en otra ocasión, me destiné a aventarme un fin de semana de libros y películas, en la modalidad agusto-rico-concha que tanto recomienda la Tía Leeenda, también conocida como la Pingüina Brasileña.
Pos han de saber ustedes que nomás no encontre nada nuevo que rentar, de perdis algo oldie que me entretuviera, cuando de pronto, como niño con juguete nuevo, entra mi padre a mi lecho de muerte [por aburrimiento crónico] y me dice "órale wey, pa'que te eduques" y me enseña su nuevo dvd de Led Zeppelin, que trae más de 5 horas inéditas de material en vivo de los megamasters del rock.  Me quiero morir bichi ochenta y dos veces. Yo ya había mirado antes el "The Song Remains the Same" que trae rolas en vivo pero tambien segmentos surrealistas medio jaladones que a mi humilde ver salen sobrando. Pero este, no, no, no, otra cosa. Desde el formato, que es un remaster digital ya estamos hablando de un sonido claro y con punch, que muestra presentaciones grabadas desde 1972 hasta 1979 en las cuales repasan por todos sus étzitos mezcladas con tributos a sus ídolos blueseros y una que otra improvisación.  Definitivamente la cantidad tan enorme de energía que derrochan en el escenario fué y es algo contagioso, desde los bataqueos poderosos enjundiosos termonucleares de John Bonham[mai jirou!], la presición matemática de John Paul Jones, el dominio total de Jaimito Page,  y por supuesto la voz chingonométrica [medio afeminada, lo que sea de cada quién] de Robert Plant. Dicen los que saben que ya no hay quebrada en el mercado actual para las bandas que ofrezcan un espectáculo de rock en dónde no se respete el formato de promoción del "single" que es por el cual la raza paga. Pues bien, aunque eso es cierto, a mi se me sigue enchinando el cuero y/o encuerando el chino cuando veo conciertos oldies donde la gente se congregaba para ver verdaderamente un espectáculo con feeling, destreza interpretativa y capacidad inprovisacional [en otras palabras, una chingonada de músicos, y una chingonada de rolas]. Ultimamente como que me hacía falta una recargada de power rockeril. Por aquello de no perder la costumbre, compren el dvd y frótenselo en el cuerpo, tiene poderes purificadores y revigorizantes, aparte de sonar pocamadre.